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DIRECTORIAL
Pobre Patria. No se ve remedio próximo a sus grandes males ocultos o manifiestos. Nuestra única estrella es la opinión pública, consciente más y más; y la constancia y lucidez de muchos jefes patriotas; por desgracia aislados o divididos entre sí.
El remedio no puede ser solamente político, tiene que empezar por ser religioso. Esto no implica que deban cesar de hacer la (posible) política los que deso tienen vocación.
Para el 12 de Octubre se proyecta una gigantesca peregrinación al Santuario de la Madre de Dios en Luján; y el mes de Noviembre se celebran dos fiestas de María Santísima.
Queremos cumplir hoy una promesa nuestra a San Alfonso María de Ligorio, gran adicto a la Purísima, de escribir algo sobre ella.
En las Misas Comunes de la Virgen hay un "Tracto" que llama la atención: "Sancta Dei Génetrix, cunctas haéreses sola interimisti in universo mundo": Santa Madre de Dios, tú sola has matado todas las herejías en el mundo universo...
María Santísima no fue teóloga ni doctora de la Iglesia. Si se dijera por ejemplo de San Agustín, daría en la tecla; aunque siempre sería exagerado; pues San Agustín no mató todas las herejías ni en vida, ni después con sus libros; al contrario algunas herejías se apoyaron en sus libros, como la luterana, la calvinista y la jansenista. ¿Por qué produce la Iglesia esa extraña afirmación "Mataste todas las herejías", que no parece verdad?
Dos razones se nos ofrecen:
Una, que todas las herejías han sido adversas a María Santísima, desde Nestorio que, siguiendo a Arrio, negó en el siglo V que ella fuese madre de Dios, hasta el actual progresismo o modernismo que sugiere lo mismo, llamándola capciosamente "Madre de Jesús"; como lo hace el nuevo o novelero o nuevolero Catecismo Francés, siguiendo según creemos a otroquetal Catecismo Holandés; que por no decir "Madre de Dios" suprimen el Avemaria. Entre estos dos, todas las herejías, que son innúmeras, o han intentado rebajar a María o han callado acerca della; y tenemos ante los ojos la 4ª Gran Herejía, el Protestantismo, que suprimió airadamente el culto de la Graciaplena, tratándolo de idolatría; mientras al mismo tiempo los españoles aquí en América plantaban más imágenes de María que todas las que quemaron en Alemania e Inglaterra los herejes.
Hay una sola herejía (que yo sepa) que tomó el nombre de María: los "mariavitas" polacos, que al principio deste siglo contaron en Polonia un millón de adeptos; mas era mejor que no lo hiciesen, pues tomaron el nombre de la Virgen sin Mancha para profanarlo con idioteces, blasfemias e indecencias. San Pío X los condenó en 1910, los llamados Viejo-católicos suizos los excomulgaron en 1924 y actualmente los bolches los han hecho desaparecer. Fue fraguada en 1906 por un sacerdote apóstata, y una monja más loca que una cabra; la cual pretendía la Virgen se había encarnado en ella — que no tenía nada de virgen.
La 2ª razón y causa de la primera es que la Santísima Virgen por su sola presencia rebate todas las herejías; como si dijéramos que solamente una imagen de la Virgen hace temblar o rechinar a los herejes, como hace temblar a los demonios en los exorcismos; pues parecería en ellos que la invocación a María les hace más efecto que la misma invocación a Cristo o a la Santísima Trinidad...
Lo que pasa es que todos los dogmas cristianos como que convergen y van a centrarse en María Santísima; pues en efecto
a) la Inmaculada Concepción supone el Pecado Original, la base de toda la Dogmática católica;
b) la Encarnación de Cristo en y por María expresa la Redención, el otro dogma central correlativo al del Pecado: "qui propter nos hómines et propter nostram salutem descendit de coelo et incarnatus este de María Vírgine —dice el Credo de Nicea, que SS. Pablo VI recitó y glosó días pasados. Me hicieron saber que un sacerdote porteño dijo desde el púlpito que no habría que llamar "Redentor" a Jesucristo. Si eso es verdad, a ese cuitado tendría que salir a defenderlo Sánchez Viamonte.
c) finalmente, la fiesta de la Asunción de María a los cielos simboliza la resurrección de la carne; y de añadidura, la infalibilidad del Papa.
La resurrección y asunción de María a los cielos es hoy día un dogma de fe definido. El supone la inerrancia del Papa; porque no hay una palabra acerca dél en la Escritura: el hecho ha sido conservado por la Tradición, y refirmado por la autoridad del Pontífice.
Si nuestro país, medio descristianizado, y presa de politiqueros y de herejes y pillastres, ha de ser salvado, lo será por su permanente devoción a María Santísima, y la intervención benévola de la Patrona de Buenos Aires y del país todo, venerada en Luján, y en diez santuarios del Interior.
Cualquier acción política sana entre nosotros deberá colocar a su cabeza a la Madre de Dios, vencedora de todas las herejías y exorcista de los demonios todos.
Carlos A. Disandro lo ha dicho en su Oda a María, propalada por la SUDI, estudiantes católicos de Ingeniería.
... Y en este soplo de los hombres
Imagen de tu soplo
En este ardor que vence sin codicia
Como tus lágrimas y gestos
En este pliegue vivo de la carne
Caído sobre el suelo de la patria
Elévase la cumbre de un llamado
El purísimo don de un grito antiguo
Herencia de tus límpidas edades,
En la súplica: SALVANOS MARIA
Leonardo Castellani (Jauja, noviembre 1968)
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