Leonardo Castellani: Falsos profetas (Jauja, didaje, septiembre 1967)

DIDAJE
(Doctrina de la Fé)

El Evangelio del 7 pos Pentecostés es un trozo del sermón montano (Mt. VII 15) que trata de los Pseudo-Profetas. Cristo da liara reconocerlos una señal muy simple "por sus frutos". Así como un olmo no da peras ni el garabato da higos, así el árbol malo no da frutos buenos. Esta grave prevención contra los falsos doctores (pues eran doctores en religión en realidad los profetas hebreos) es reiterada por Xto. en su sermón "esjatológico" sobre los últimos tiempos en que habrá (según El) bandadas de falsos doctores; y es hecha plástica por San Juan en el Apokalypsis en la figura de "la Bestia de la Tierra"; que es el magno dellos, el "Pseudoprofeta" por excelencia. 

Esta señal que parece tan simple: "Por sus frutos los conoceréis": hay que ver la cantidad de interpretaciones falsas que sufrió de parte justamente de los falsos doctores, los herejes: maniqueos, donatistas, pelagianos y arríanos cuando San Agustín; y más tarde albigenses, calvinistas, etc. Todos ellos son para nosotros agua pasada; lo que nos interesan son los falsos doctores de ahora. ¿Haylos ahora? Está lleno.

—"Díganos en concreto los pseudoprofetas de ahora con sus nombres, pelos y marcas: nosotros no los vemos". 

No tenemos más que volver los ojos a la semana que acaba de pasar: los diarios han hecho alharaca con un libro de Julián Huxley recién traducido, y con el centenario de Luigi Pirandello. Ahí tienen dos, que se nos entran por puertas sin buscarlos. 

El libro del "sabio" Huxley se titula: "Religión sin Revelación": es pues el viejo "deísmo" inglés del siglo XVIII que acaba de salir de la peluquería peinado, afeitado y perfumado. El "deísmo" de Bolingbroke y Shafterbury, refinado después por Voltaire y Rousseau, en realidad es ateísmo disfrazado. Profesa no hay que admitir más religión que aquella que cabe "dentro de los límites de la razón pura " —como se expresó más tarde Kant— su sistemador. ¿Qué sabe la razón? Que hay Dios; que hay una ley moral, basada en el "imperativo categórico" de la conciencia, no en ley de Dios alguna; que quizás el alma es inmortal; que a Dios no lo podemos conocer; que probablemente no se ocupa de nosotros; que quizás se ocupa en general del mundo; que probablemente es (Stuart Mill, Bergson, Gaetano Gozzi) limitado, no infinito. ¿Hay infierno y cielo? La razón no me lo dice, no hay. ¿Cristo es Dios? La razón no me lo dice. ¿La Iglesia es divina? Lo contrario me dice la razón... Esa es la "Religión sin Revelación" del "sabio" Huxley. Su abuela probablemente fue más sabia. 

PIRANDELLO ha sido festejado, "homenajeado" (brutta parola) estudiado a porrillo en el centenario de su nacimiento. ¿Por qué? Porque tiene mucho talento. 

El talento lo da Dios, no es ningún mérito del talentoso. A Dios no le interesa el talento (que es poca cosa en puridad) sino el uso que el hombre hace dél: pues para el bien o para el mal puede usarse; y usado para el mal no es una prez sino una peste. 

Pero, dejando eso, ¿no tiene más talento Jacinto Benavente que Pirandello? Estoy seguro que por lo menos tiene tanto; y también él fue "Premio Nobel"; y además escribió en español. —"Sí, pero Pirandello inventó ese truco teatral portentoso de doblar el teatro dentro del teatro, el teatro al cuadrado" — "Ese truco lo inventó, 70 años antes, el español Tamayo y Baus, inspirándose en Shakespeare; y su obra maestra es mucho mejor como arte y como humanidad que "Siete personajes en busca de autor"... ¿Y quién se acuerda hoy de "El drama nuevo" de Tamayo? ¿Dónde se representa? — "¡Es que Pirandello representa mejor el espíritu de nuestra época!" — Ya. Es ateo, escéptico, sofista y desesperado; y obsceno (en una obra) de llapa. — "No tanto, no tanto, no me juzgue. Yo no he leído ni a Benavente ni a Pirandello; pero tengo más simpatía hacia Pirandello". — Ya. 

Como estos dos hay cien otros. A nosotros nos llegan por reflejos, no hay aquí un doctor de religión falsa por suerte; los almafuertes, Borges, Murenas, etc. son más bien infelices  cuitadillos; y los curitas neoleros, festejados por las revistas judías, no son teólogos ni tampoco se animan a sacar la cara, proclamando alto sus dogmas erróneos, por suerte. Hubo una especie de sarampión de "telardismo cardoniano" que parece haber amainado: corríjanme si yerro. En Francia su país Telar Chardón ha sido partido en cuatro por los mejores filósofoso (incluido Maritain) y los mejores escritores religiosos; aunque hay aún muchos telardólatras y la discusión allá permanece viva. Aquí el Padre Meinvielle ha dado razón del. La palabra ha sido dicha; es en el fondo un "modernista". Aquí fue dicha esa palabra hace 19 años. Yo la dije. Fui reprendido. Ahora me callo. 

El modernismo, condenado por San Pío X en su "Pascendí", con su prolongación actual en "progresismo" anda ahora runflante en todas partes: el Papa Paulo VI lo ha notado: "modernismi, ut
aiunt, errores, quos etiam nunc revivíscere cérnimus" (Enc. "Eclesiam suam") "Los errores del llamado modernismo que aún ahora vemos revivir"; y Maritain en su dudoso "Testamento" "LE PAYSAN DE LA GARONNE" dice, con alguna exageración, "el modernismo actual, al lado del cual el condenado por Pío X es un vulgar resfrío" — cuando el Papa Sarto lo llamó "herejía amalgama de todas las herejías...". Mas lo que Maritain piensa con razón es que el actual es grandemente más peligroso. 

¿Tendré que repetir otra vez qué cosa es el modernismo? Es vaciar los dogmas cristianos de su contenido sobrenatural; y quedarse dentro de la Iglesia sin creer en la Iglesia. Eso taxativamente lo recomendó Telar Chardón al dominico apóstata Máxime Gorce invitándolo a quedar como él en la Iglesia para cambiarla desde dentro, flor de hipocresía. La verdad es que muchos se salen; pero conservan los dogmas cristianos a manera de cáscaras hueras — o "mitología". 

Y aquí viene una cosa seria —- por si esto no lo es bastante: esa cáscara hueca comienza a llenarse de algo nefando, la adoración del hombre en vez de Dios, que será el pecado del Anticristo; porque "natura horret vacuum" y el diablo "ama los lugares vacíos y todas las cosas vacantes". A esto corresponde lo dicho arriba acerca del "talento" (idolatrado en si mismo) acerca de Pirandello y cien otros. La antigua cristiandad "preconciliar" no ha adorado a los talentos como tales; tanto que a algunos los quemó, como a "supots de Satán". La actual adoración del talento como tal es simplemente la idolatría del Hombre, con prescindencia (o sustitución mejor dicho) del Creador. 

Y lo de "preconciliar" y "postconciliar" pertenece también al modernismo o naturalismo religioso. Eso no existe, sino en la mente macanera o maligna de algunos cuiladillos que quisieran inventar una Iglesia nueva que nace en el Vaticano II o Juan XXIII, subrogando la Iglesia antigua "constantiniana" que era atrasada, superable, inadaptada; y muerta y falsa ¿por qué no? Pataratas. La Iglesia de Cristo eterna, está apoyada en todos los Concilios, tanto el XXI como el I. 

Las uñas del diablo se ven allí en la soberbia, la presunción, la insubordinación, el odio a la tradición y (¡oh máma mía!) ¡el culto del sexo! Realmente nada más humano que el sexo; que es "divino", secundum quid. 

Todo esto está en el aire y lo respiramos todos. "El aire lleva mentira. El que dice que no miente. Que diga que no respire". Sólo el que ora, el que hace habitualmente oración, puede inmunizarse desta pestilencia. 

Leonardo Castellani (Jauja septiembre 1967) 

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CITA misma página
"Lo que importa a la sociedad liberal es que el obrero reciba una formación que lo haga apto para el ejercicio de su oficio, y sólo tal formación. De ahí la escuela primaria que le enseña a leer y escribir (exigencias de la fábrica moderna) y le inculca cierto número de reflejos condicionados que tienden a reducir su espíritu de rebeldía. Hasta la enseñanza religiosa está excluida. No conviene que el robot, humano aprenda que ha sido creado a semejanza de Dios, sobre todo en los países católicos: pues la Iglesia, en el curso de su historia, más a menudo predicó la cruzada que la sumisión. De ahí también la escuela técnica, cada vez más desarrollada a medida de los progresos de la industrialización, que da a los futuros obreros capacitados una formación estrictamente utilitaria. 
(J. M. de MAHIEU - Proletariado y Cultura - Ed. Maru, 1967).
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